El mercado de las bebidas a base de cannabis está experimentando una gran agitación debido a la falta de directrices federales sobre la venta y el consumo de bebidas con THC derivado del cáñamo. Como resultado, los estados de EE.UU. están luchando para crear sus propias regulaciones, lo que lleva a un mosaico confuso que los minoristas y distribuidores deben navegar.
Art Nergaryan, propietario de tiendas especializadas en vinos y quesos en Massachusetts, obtuvo un gran éxito tras introducir bebidas con THC derivado del cáñamo. Informó de un notable aumento del negocio, con un incremento de las ventas de entre el 25% y el 35%. Los clientes empezaron a comprar estas bebidas junto con sus artículos habituales, lo que aumentó el tráfico general de la tienda.
Sin embargo, este éxito duró poco. En mayo de 2024, los reguladores de Massachusetts emitieron nuevas directrices que prohibían la venta de bebidas con infusión de cannabis en vinotecas y licorerías. Nergaryan notó un descenso significativo de las ventas tras el anuncio, ya que los distribuidores le informaron de que ya no podían vender los productos. Su negocio, antaño próspero, se enfrentó a dificultades debido a este repentino cambio normativo, lo que refleja un problema más amplio al que se enfrentan muchos minoristas, distribuidores y fabricantes del sector de las bebidas de cannabis.
Las ventas de bebidas con infusión de THC habían aumentado drásticamente, pasando de $102 millones en 2023 a $382 millones en 2024, según un estudio de Brightfield Group. Este crecimiento se atribuyó en parte a estados como Minnesota, que estableció un mercado "cuasi legal" para las bebidas de cáñamo en 2022 y proporcionó más claridad normativa en 2023. A pesar de este crecimiento, muchos en la industria ahora están buscando ansiosamente regulaciones más claras para navegar por las complejidades de la venta de bebidas con infusión de THC derivadas del cáñamo.
La confusión proviene de la definición legal de cáñamo, que fue aclarada por la Ley Agrícola de 2018. Esta legislación eliminó el "cáñamo" de la definición de marihuana bajo la Ley de Sustancias Controladas, legalizándolo a nivel federal y designándolo como un cultivo agrícola. Según la ley federal, el cáñamo se define como una variedad de Cannabis sativa que contiene menos del 0,3 por ciento de THC delta-9 en peso seco. Esta distinción legal ha provocado un aumento del interés y la demanda de productos derivados del cáñamo, pero también ha creado incertidumbre sobre la legalidad de diversas bebidas de cannabis.
A medida que el sector sigue creciendo, las partes interesadas se enfrentan a las ramificaciones de las cambiantes normativas y a la urgente necesidad de un marco cohesivo que regule la venta de bebidas con THC.