La decisión de limitar la potencia del THC afecta a los consumidores y a la economía de Connecticut

La decisión de limitar la potencia del THC afecta a los consumidores y a la economía de Connecticut

El Comité de Derecho General de Connecticut ha tomado una decisión importante: no levantará el límite de potencia de THC para el cannabis de uso adulto en 2025. Esta elección puede parecer una pequeña medida regulatoria, pero tiene consecuencias de gran alcance para los consumidores, los pacientes médicos, las empresas y los ingresos fiscales del estado.

Con este límite, se limita la capacidad de elección de los consumidores. El cannabis para adultos seguirá restringido a los productos de menor potencia, lo que dejará a muchos consumidores sin las opciones que desean. Además, el mercado de productos de alta potencia está creciendo. Sin embargo, es posible que muchos productores decidan no cumplir la estricta normativa de Connecticut, lo que les llevaría a no participar.

Los pacientes médicos que dependen del cannabis de mayor potencia para afecciones como el tratamiento del dolor y el TEPT seguirán enfrentándose a dificultades. A pesar de las protecciones legales existentes, estos pacientes corren el riesgo de verse abandonados sin los productos que necesitan. Los negocios locales también pueden verse perjudicados, ya que los consumidores incapaces de encontrar los productos que desean en los dispensarios autorizados podrían recurrir a mercados no regulados, lo que en última instancia socava la industria legal del cannabis de Connecticut.

Además, el Estado y los municipios pueden perder millones en ingresos fiscales. Cuando los consumidores compran cannabis fuera del mercado regulado, esos fondos no están disponibles para apoyar infraestructuras, iniciativas de salud pública y reinversión comunitaria.

La realidad sigue siendo clara: el cannabis de alta potencia persistirá independientemente de las decisiones de los legisladores. La cuestión crítica es si estos productos se venderán de forma segura en un mercado regulado o si los consumidores se verán abocados a alternativas potencialmente inseguras. Connecticut tiene la oportunidad de mejorar su industria legal del cannabis al tiempo que salvaguarda la salud pública. Al negarse a reconsiderar el límite de THC, los legisladores están priorizando el pensamiento anticuado de la era de la prohibición sobre las soluciones políticas prácticas, poniendo a todos en riesgo.

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