El Senado de Texas ha votado a favor de ampliar el programa estatal de cannabis medicinal, lo que permitirá a más pacientes acceder a tratamientos basados en el cannabis. Esta medida legislativa forma parte de los esfuerzos continuos por mejorar la atención a los pacientes y dar cabida a un número cada vez mayor de afecciones médicas.
Las nuevas medidas ampliarán la lista de enfermedades que pueden ser tratadas con cannabis medicinal, que actualmente incluye la epilepsia, la esclerosis múltiple y ciertos tipos de cáncer. La ampliación pretende incluir dolencias adicionales como el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y el dolor crónico, en respuesta tanto a la defensa de los pacientes como a las nuevas investigaciones sobre los beneficios medicinales del cannabis.
El proyecto de ley 123 del Senado, aprobado por 25 votos a favor y 4 en contra, refleja un cambio en la percepción pública y la actitud legislativa hacia el consumo de cannabis en Texas. Sus defensores argumentan que la ampliación del acceso podría mejorar significativamente la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades debilitantes.
Además, el proyecto de ley propone aumentar la concentración de THC permitida en los productos de cannabis medicinal, lo que podría aumentar la eficacia de estos tratamientos. Actualmente, Texas limita los niveles de THC a 0,5%, lo que muchos profesionales sanitarios consideran que puede restringir el potencial terapéutico de los productos de cannabis.
A medida que el proyecto de ley se traslada a la Cámara para su examen, los defensores son optimistas acerca de sus posibilidades. Si se aprueba, los cambios podrían entrar en vigor a finales de este año, marcando un cambio notable en el enfoque de Texas sobre el cannabis medicinal.
Los partidarios de la ampliación subrayan la importancia de dar a los pacientes más opciones para aliviar el dolor crónico y otras dolencias graves. Sostienen que esta ley podría mejorar los resultados sanitarios y reducir la dependencia de medicamentos opiáceos más adictivos.
La aprobación de este proyecto de ley se considera un momento crítico para la política del cannabis en Texas, que podría sentar las bases para nuevas reformas en el futuro. A medida que crece el apoyo público al cannabis, los legisladores se plantean cada vez más su papel en la atención sanitaria y los posibles beneficios económicos de una industria cannábica más sólida.