En el Reino Unido, el futuro del cannabis medicinal depende de unas bases clínicas sólidas. La Dra. Sue Clenton, Directora Médica de Releaf, sostiene que, más allá de ampliar el acceso, el Reino Unido debe desarrollar una nueva generación de prescriptores seguros y bien informados. A pesar de la legalización del cannabis medicinal y del creciente número de pruebas que respaldan su uso, sólo unos 150 de los 40.000 médicos del registro de especialistas del Consejo Médico General (GMC) prescriben tratamientos basados en el cannabis. Esta escasa aceptación no se debe a barreras políticas, sino al estigma cultural entre los médicos.
Muchos médicos dudan en recetar cannabis por temor a la percepción de sus colegas y a las posibles repercusiones en su prestigio profesional. A medida que aumenta la aceptación social del cannabis terapéutico, la comunidad médica sigue mostrándose cautelosa. Clenton recuerda cómo pasó de la incertidumbre a la aceptación del cannabis como opción terapéutica, y señala que es esencial un cambio cultural que pase del secretismo a la aceptación.
Para abordar este problema, la formación sobre la medicina basada en el cannabis debe convertirse en una prioridad en la educación médica. Actualmente, el sistema endocannabinoide, crucial para la biología humana, recibe una atención mínima en las facultades de medicina del Reino Unido. Como resultado, muchos profesionales sanitarios se sienten poco preparados y escépticos a la hora de recetar cannabis. Incorporar la educación sobre el cannabis en los estudios universitarios, de forma similar a lo que ocurre con los antibióticos y los antidepresivos, es vital.
Los programas de formación eficaces deben ser - Accesibles: Disponibles en línea o en persona sin barreras significativas. - Gratuitos o financiados: Los clínicos no deben incurrir en costes por la formación necesaria. - Acreditados: Reconocida por el NHS y las autoridades médicas.
Actualmente, muchos médicos que se unen al equipo clínico de Releaf lo hacen sólo después de experimentar un cambio de paradigma debido a un caso específico de un paciente, a menudo relacionado con el tratamiento del dolor o los cuidados paliativos. Este enfoque reactivo es insuficiente; deben establecerse vías de formación estructuradas para fomentar un compromiso proactivo con la medicina cannábica.
El proceso de contratación de Releaf ha revelado un tema común: aunque muchos médicos expresan curiosidad por el cannabis, siguen siendo reacios a actuar. Incluso algunas organizaciones benéficas que apoyan la investigación sobre el cannabis desconocen que ya es legal su prescripción en el Reino Unido, lo que pone de manifiesto la desconexión entre la investigación y la aplicación clínica. Esta brecha hace que se pierdan oportunidades para los pacientes, que a menudo exploran el cannabis después de haber agotado otras opciones de tratamiento.
La urgencia de actuar es evidente. Para elevar la prescripción de cannabis medicinal a un nivel que cumpla los estándares clínicos, la comunidad médica debe trabajar para normalizar su uso. Este proceso comienza con la educación, fomenta el diálogo abierto y, en última instancia, conduce a la plena aceptación clínica del cannabis como opción terapéutica. Para los que ya prescriben cannabis, es crucial promover la educación con confianza, prescribir sin aprensión y dirigir los debates sin vergüenza. Prescribir cannabis debería representar una atención compasiva y de alta calidad, en lugar de un riesgo para la reputación profesional.
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