Un reciente estudio de la Universidad McGill pone de manifiesto los alarmantes riesgos para la salud asociados al consumo de cannabis, revelando que puede ser más perjudicial para la salud pulmonar que el tabaco. La investigación, realizada por la Dra. Carolyn Baglole, del Instituto de Investigación del Centro de Salud de la Universidad McGill, indica que el vapor de cannabis contiene toxinas y carcinógenos nocivos que pueden dañar las células pulmonares. Este daño está relacionado con graves problemas de salud como el cáncer, la inflamación, el asma y las infecciones respiratorias.
Las conclusiones, publicadas en mayo, han suscitado diversas reacciones entre los estudiantes del Algonquin College. Muchos, entre ellos Isaac Donelly, de 19 años, que consume con frecuencia bolígrafos de cannabis, expresaron su indiferencia ante las implicaciones del estudio. "No estoy demasiado preocupado, pero no pienso dejar la hierba todavía", declaró Donelly. Su actitud despreocupada refleja la desconexión entre los resultados de la investigación y el comportamiento personal de algunos consumidores.
En cambio, Nour Ben Moussa, de 18 años, no consumidora de cannabis y estudiante de la Universidad de Ottawa, consideró que las conclusiones del estudio eran preocupantes pero no sorprendentes. "Este estudio no cambia mi opinión sobre el cannabis, ya que sé que tiene más efectos secundarios desde el principio", afirmó. Ben Moussa señaló los riesgos para la salud asociados al consumo de cannabis, incluido el impacto en la función cognitiva, que ha sido respaldado por otros estudios.
Savannah Rae, estudiante de paramédico en el Algonquin College, compartió su propia experiencia tras dejar el cannabis hace seis meses. "Tengo un poco de tos y noté un deterioro de mi función cognitiva por fumar todas las noches", mencionó Rae, haciéndose eco de las preocupaciones sobre los efectos a largo plazo del consumo regular de cannabis.
El estudio coincide con los resultados de investigaciones anteriores realizadas por la Universidad de Colorado, que indicaban que el consumo frecuente de cannabis puede reducir la función cognitiva y los tiempos de reacción. Ahora que se ha demostrado que vaporizar cannabis daña las células pulmonares de forma similar a los productos del tabaco, el Ministerio de Sanidad de Canadá sigue instando a los consumidores a que se mantengan alerta, sobre todo en lo que respecta a los productos de vaporización no regulados.
Con estos hallazgos, la conversación sobre el consumo de cannabis, especialmente a través del vapeo, se ha vuelto cada vez más importante. A medida que surgen más investigaciones, se anima tanto a los consumidores como a los no consumidores a considerar las implicaciones para la salud de sus elecciones.