El cannabis triploide, una planta con tres juegos de cromosomas, se perfila como un avance significativo en el cultivo de cannabis. A diferencia de las plantas diploides más comunes, que tienen dos juegos de cromosomas, el cannabis triploide es funcionalmente estéril, impidiendo la producción de semillas incluso cuando se expone al polen. Esta esterilidad se consigue mediante métodos agrícolas tradicionales, similares a los utilizados para cultivar frutas sin semillas, como plátanos y sandías.
Empresas como Humboldt Seed Company y Mavericks Genetics están a la vanguardia de la introducción de semillas de cannabis triploides en el mercado, convencidas de que estas plantas pueden remodelar el cultivo de cannabis a gran escala. Pablo Miguel Gómez, director general de Mavericks Genetics, afirma: "Ya no hay que preocuparse de que los machos pillos arruinen la cosecha. Se traduce en flores más densas, sin semillas y de mejor calidad".
Los beneficios del cannabis triploide van más allá de la esterilidad. Estas plantas suelen mostrar un mayor vigor, tiempos de floración más rápidos y rendimientos potencialmente superiores, aunque estos resultados pueden variar en función de la cepa específica y las condiciones de cultivo. Un reciente estudio revisado por expertos indica que el cannabis triploide puede darse de forma natural y mejorar los parámetros de producción. Por ejemplo, se ha informado de que las cepas triploides florecen en un plazo de seis a ocho semanas, y algunas variedades, como California Octane, en tan sólo 37 días. Este ciclo de crecimiento acelerado puede reducir el consumo de agua, fertilizantes y plaguicidas.
Benjamin Lind, cofundador de Humboldt Seed Company, señala que los triploides son resistentes a las plagas, lo que permite reducir los insumos agrícolas y la huella de carbono. Además, estas plantas pueden expresar cannabinoides y terpenos poco comunes, ofreciendo nuevos sabores y potencia a los consumidores.
Sin embargo, las ventajas del cannabis triploide benefician sobre todo a las explotaciones comerciales y no a los cultivadores domésticos. Sergio Martínez, director general de Blimburn Seeds, subraya que la mayor parte del cultivo doméstico se realiza en interiores, donde no suele haber plantas macho, lo que reduce el riesgo de polinización accidental. La principal preocupación de los cultivadores de exterior a gran escala es la imprevisibilidad de la deriva del polen de las granjas vecinas, que puede provocar una polinización no deseada y reducir la calidad de la cosecha.
El cannabis triploide podría mitigar este problema, ya que su naturaleza estéril significa que incluso si las plantas hermafroditas desarrollan sacos de polen bajo estrés, tendrían un impacto disminuido en los cultivos triploides. En un estudio de 2019 realizado por Canopy Growth y la Universidad de Carleton, los investigadores exploraron la tetraploidía en el cannabis y observaron un aumento de 40% en la densidad de tricomas, junto con un aumento de 9% en la concentración de CBD, aunque los hallazgos con respecto al rendimiento total y los niveles de THC no fueron concluyentes.
Aunque los triploides se comercializan por su esterilidad, investigaciones recientes sugieren que esta esterilidad no es absoluta. Un estudio publicado en Agronomy Journal confirmó que el cannabis triploide puede reducir significativamente la producción de semillas, pero no es totalmente inmune a la polinización. Pruebas de campo realizadas por la Universidad de Cornell y el CBD de Oregón demostraron que las plantas triploides producían menos semillas que las diploides bajo una fuerte presión polínica, aunque seguían generando algunas semillas viables.
Gómez cree que la era triploide no ha hecho más que empezar: "Confiamos en que, a medida que se expandan y mejoren, estas genéticas allanarán el camino hacia semillas aún más avanzadas". Lind añade que los triploides podrían ser especialmente ventajosos en regiones con alta exposición al polen, como Marruecos. En tales entornos, incluso un índice de esterilidad parcial de 80-90% podría beneficiar enormemente a las explotaciones al aire libre.
La introducción del cannabis triploide coincide con una tendencia más amplia a cultivar variedades resistentes, de alto rendimiento y adaptadas a distintas condiciones climáticas. En Sudamérica, por ejemplo, los criadores están desarrollando variedades triploides adaptables a los entornos locales, centrándose en la soberanía y la accesibilidad del cultivo de cannabis.
A pesar de lo prometedor que resulta el cannabis triploide, persiste la preocupación por la biodiversidad. Martínez alerta de la creciente dependencia de las semillas feminizadas y de la posibilidad de que se reduzca la diversidad genética con el aumento del uso de triploides en el cultivo. A medida que la industria adopta estas innovaciones, debe equilibrar la eficiencia con la necesidad de mantener la diversidad genética.
A medida que la genética triploide sigue extendiéndose más allá de Estados Unidos hacia la Unión Europea, Marruecos y América Latina, se hace evidente la urgencia de seguir investigando y desarrollando. Aunque puede que los triploides no sustituyan por completo a las cepas diploides tradicionales, están llamados a desempeñar un papel importante en el futuro del cultivo de cannabis.
