En un paso significativo para la regulación del cannabis, la Junta de Supervisores del Condado de Santa Bárbara votó por unanimidad la aplicación de estrictas medidas de control de olores para las operaciones comerciales de cannabis. Esta decisión histórica obliga a todos los invernaderos de cannabis del valle de Carpintería a instalar sistemas avanzados de control de olores antes del 31 de marzo de 2026. Esta normativa puede ser la más estricta de su clase en el país.
Las nuevas normas llegan siete años después de una ordenanza anterior destinada a impulsar la industria del cannabis en el condado de Santa Bárbara. Las recientes modificaciones reflejan la evolución de la dinámica política y la preocupación pública por los problemas de malos olores relacionados con el cultivo de cannabis. La decisión de la junta del martes marca el primer enfoque global para abordar estas quejas por olores en la región.
Según la nueva normativa, los explotadores de invernaderos de cannabis dispondrán de 12 meses para equipar sus instalaciones con sistemas de "filtración de carbono multitecnología", también denominados "depuradores". Estos sistemas están diseñados para reducir significativamente el olor del cannabis antes de que salga por los conductos de ventilación de los invernaderos, abordando así un viejo problema para los residentes de la zona.