El Tribunal de Apelaciones de Minnesota se dispone a determinar si el estado puede procesar a los miembros de las tribus por delitos relacionados con el cannabis en las reservas nativas. Esta revisión legal surge después de que Minnesota legalizara el cannabis recreativo en 2023, marcando un cambio significativo en el panorama legal del estado con respecto al consumo de marihuana.
El caso se centra en Todd Thompson, ciudadano de la Nación de la Tierra Blanca, que se enfrenta a cargos de delito grave por vender presuntamente cannabis en su estanco situado en la reserva de la Tierra Blanca. El 2 de agosto de 2023, justo un día después de que entrara en vigor la legalización, las fuerzas del orden locales, incluidos los agentes del sheriff del condado de Mahnomen y la policía tribal de White Earth, llevaron a cabo una redada en la tienda de Thompson. Se incautaron de aproximadamente 2,5 kilos de cannabis, 433 gramos de cera de marihuana y casi $2.800 en efectivo, junto con el teléfono móvil y el equipo de vigilancia de Thompson.
Tras la redada, el condado de Mahnomen acusó a Thompson de un delito grave de posesión, que conlleva una pena potencial de hasta cinco años de prisión y una multa de $10.000. La abogada de Thompson, Claire Glenn, argumentó que el estado carece de jurisdicción para procesarle en estas circunstancias. Según la Ley Pública 280, Minnesota tiene autoridad para procesar a miembros de tribus por determinados actos delictivos cometidos en determinadas reservas, incluida White Earth. Sin embargo, esta ley no se extiende a las infracciones civiles o reglamentarias de la legislación estatal.
Glenn sostiene que, con la legalización del cannabis, el acto de poseer y vender la sustancia entra dentro de las cuestiones reglamentarias y no de los delitos penales. Además, la defensa de Thompson alega que procesarle vulnera los derechos garantizados por el Tratado de 1855 con los ojibwe, que les concede los derechos de usufructo para cazar, pescar y recolectar en sus tierras cedidas.
En un primer momento, el tribunal de distrito, presidido por el juez Seamus Duffy, dictaminó que el Estado tiene efectivamente jurisdicción en este caso, lo que permite seguir adelante con la acusación. Duffy declaró que se trata de un asunto penal, y subrayó que los derechos de los tratados protegen a las tribus, no a sus miembros a título individual.
Normalmente, los casos penales sólo pueden recurrirse tras una condena, lo que podría llevar a Thompson a cumplir una pena de prisión antes de poder impugnar la sentencia. En vista de ello, Glenn solicitó al Tribunal de Apelación que hiciera una excepción y evaluara la cuestión de la jurisdicción, argumentando que el caso de Thompson plantea cuestiones jurídicas novedosas con amplias implicaciones para las tribus nativas y sus miembros en todo Minnesota.
El Tribunal de Apelaciones aceptó ocuparse del caso, destacando la importancia de aclarar la autoridad del Estado para hacer cumplir las leyes sobre posesión de cannabis y los derechos reservados en virtud de los tratados pertinentes. La juez jefe Jennifer Frisch señaló que el resultado de este caso tendría efectos inmediatos en todas las tribus de Minnesota que se rigen por la Ley Pública 280 y en sus miembros.
Glenn se mostró optimista respecto a la decisión del Tribunal de Apelación de intervenir, señalando su rareza en los casos penales en curso. Ambas partes están ahora obligadas a presentar escritos antes de que el tribunal programe los argumentos orales. Esta sentencia podría sentar un precedente que afectaría a la forma en que se aplican las leyes sobre el cannabis en las tierras tribales de Minnesota y, potencialmente, más allá.