Las naciones tribales de Minnesota están estableciendo rápidamente empresas de cannabis, lo que les da ventaja sobre sus competidores estatales. Este movimiento está creando puestos de trabajo y suscitando debates sobre quién se beneficia de este crecimiento. Muchos miembros de las tribus consideran que se trata de un enfoque "modélico", a pesar de los retos que conlleva.
Rob Pero, fundador de Canndigenous y de la Asociación Indígena de la Industria del Cannabis (ICIA), se mostró optimista sobre la implantación del cannabis en Minnesota. Señaló que las tribus tienen derecho a avanzar más rápido que el Estado porque poseen autoridad reguladora civil.
A medida que Minnesota avanza en la introducción del cannabis para adultos, varias naciones tribales, como White Earth, Red Lake y Prairie Island, están estableciendo rápidamente operaciones de venta al por menor dentro y fuera de sus reservas. Pero destacó que las tribus están aplicando estratégicamente planes de negocio a largo plazo, que abarcan de 5 a 10 años, en lugar de apresurarse a distribuir los ingresos del cannabis entre sus miembros.
Sin embargo, este rápido crecimiento ha provocado debates internos en las comunidades tribales sobre el reparto de los beneficios del cannabis y quién debe beneficiarse de estas nuevas empresas. Pero señaló que los miembros de la comunidad a menudo esperan obtener beneficios rápidos de estos negocios, lo que provoca una desconexión entre sus expectativas y los objetivos de crecimiento sostenible a largo plazo de las tribus.
Un reciente incidente protagonizado por Todd Thompson, miembro de la Banda de la Tierra Blanca, ha sacado a la luz estas tensiones internas. El negocio de cannabis de Thompson fue allanado por las fuerzas del orden del condado de Mahnomen, lo que suscitó dudas sobre el papel de las fuerzas del orden tribales, ya que la directora ejecutiva de la ICIA, Mary Jane Oatman, afirmó que "miraron hacia otro lado" durante la redada.
Durante la redada, Thompson informó de que las autoridades se incautaron de objetos personales y sagrados, lo que pone de relieve la insensibilidad cultural que suele experimentarse durante este tipo de operaciones. Oatman señaló que Thompson compite ahora contra empresas y recursos tribales, lo que le crea una situación frustrante. Aboga por que las tribus se aseguren de que sus ciudadanos tienen oportunidades de obtener licencias y participar en la industria del cannabis.
Oatman, que tiene una historia personal ligada a la defensa del cannabis, explicó su compromiso con el seguimiento de las operaciones tribales de cannabis en todo el país. Creó una base de datos exhaustiva de las naciones tribales y sus actividades relacionadas con el cannabis, que consideraba necesaria debido a la falta de recursos existentes.
También advirtió de los peligros de los forasteros que intentan explotar a las comunidades tribales en busca de oportunidades de negocio, incluido el sector del cannabis. El potencial de explotación supone una amenaza significativa para la integridad y las intenciones que hay detrás de las empresas tribales de cannabis.
