Los comerciantes de cannabis de Nueva York están expresando su frustración por no poder abrir salones de hierba donde los clientes puedan consumir cannabis in situ. Este retraso se debe a la lentitud con la que los reguladores estatales elaboran las normas. Los operadores están ansiosos por establecer "sitios de consumo", permitidos en virtud de la Ley de Regulación e Impuestos de la Marihuana de 2021, pero cuatro años después de la legalización, las regulaciones necesarias aún no están en su lugar.
Arish Halani, director general de Herbwell Cannabis, expresó su descontento con la situación: "¿Estoy contento? No". Herbwell se prepara para abrir su tienda insignia en el 519 de Madison Ave., en Midtown Manhattan, que será el primer dispensario de cannabis en esta calle de lujo. Halani tiene planes para un salón en los pisos superiores y la azotea del edificio, destinado a atraer a profesionales de firmas cercanas como Morgan Stanley y el Grupo Jefferies.
A pesar del entusiasmo suscitado por la posible sala VIP, Halani señaló la ausencia de un marco normativo para aplicar el concepto de sala VIP. Expresó su deseo de que Herbwell sea el primero en abrir un local de este tipo. Mientras tanto, la empresa se enfrenta a la carga financiera de un contrato de arrendamiento de 15 años para todo el edificio mientras espera la aprobación para utilizar parte de él como espacio de consumo.
Otros dispensarios de cannabis de Nueva York también están notando el impacto de estos retrasos. Por ejemplo, The Cannabis Place, en Middle Village, Queens, tiene una zona dedicada a la espera de ser convertida en un salón para que los clientes consuman productos cannábicos. Su director ejecutivo, Osbert Orduna, hizo hincapié en la demanda de este tipo de espacios: "Es decepcionante que, cuatro años después, sigamos esperando a que salga la normativa". Los salones añadirían ingresos al negocio. Es una oportunidad perdida".
La Oficina de Gestión del Cannabis (OCM) ha declarado que tiene previsto publicar normas para los lugares de consumo cuando estén listas. Taylor Randi Lee, representante de la OCM, explicó que la oficina se está centrando primero en establecer una cadena de suministro estable y que actualmente está evaluando los enfoques normativos para las licencias de consumo en Nueva York. Esto incluye la evaluación de prácticas de otras jurisdicciones y la consideración de factores de salud pública y seguridad.
Algunos expertos del sector indican que las autoridades sanitarias estatales pueden tener dudas sobre los salones cannábicos debido a posibles conflictos con la Ley de Aire Limpio en Interiores, que prohíbe fumar y vapear en la mayoría de los lugares de trabajo cerrados, incluidos bares y restaurantes.
En la actualidad, el Estado de Nueva York cuenta con 333 dispensarios de cannabis autorizados, que generan más de $1.000 millones en ventas. Este crecimiento se ha acelerado tras una difícil puesta en marcha que sufrió retrasos debido a la acumulación de solicitudes, demandas judiciales y dispensarios ilegales. Aunque la administración de la gobernadora Kathy Hochul ha tomado medidas enérgicas contra las tiendas sin licencia, los operadores legales siguen luchando contra la competencia del mercado negro.
