El consumo energético del cultivo de cannabis en interior supera al de las grandes industrias

El consumo energético del cultivo de cannabis en interior supera al de las grandes industrias

En la actualidad, el cultivo de cannabis en interiores en Estados Unidos representa aproximadamente 1% del consumo eléctrico del país. Según los investigadores, este sector emite más gases de efecto invernadero que la minería de bitcoin y el resto de cultivos juntos. Este importante consumo de energía se debe principalmente a la dependencia de luces de alta potencia y sistemas de control climático necesarios para el crecimiento en interiores.

Los expertos calculan que las emisiones del cultivo de cannabis en interiores equivalen a las producidas por 10 millones de coches al año. A pesar del potencial de la producción en exterior para reducir las emisiones en 75%, problemas como el clima impredecible, la preocupación por la potencia y las restricciones urbanísticas dificultan este cambio.

Muchos cultivadores de interior están empezando a adoptar mejoras de eficiencia, como la iluminación LED y los créditos de energías renovables, pero estos cambios sólo suponen una modesta reducción de las emisiones. Evan Mills, investigador sobre energía, destacó la urgencia de esta situación: "Es otro problema energético inminente. El cannabis es ahora mismo la parte dominante. Pero si los partidarios de la agricultura de interior se salen con la suya, se verá eclipsado poco a poco por todos estos otros cultivos."

La creciente prevalencia del cultivo de cannabis en interiores plantea un importante problema medioambiental, ya que funciona casi exclusivamente con luz artificial y sistemas de control climático. A medida que se extiende la legalización del cannabis, la producción se extiende a grandes almacenes, lo que aumenta la presión sobre la red eléctrica y contribuye al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Actualmente, la regulación en este ámbito es limitada, y los consumidores carecen a menudo de información sobre la huella de carbono de sus productos de cannabis. Además, la oposición local al cultivo al aire libre y la preferencia de la industria por la consistencia que proporcionan los entornos de interior sugieren que es probable que las emisiones del cultivo de cannabis sigan aumentando. Esta tendencia suscita preocupaciones medioambientales más amplias sobre el impacto de la agricultura de interior en la sostenibilidad.

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