Un estudio de la WSU examina el impacto del biocarbón y el cáñamo en el rendimiento de los cultivos

Un estudio de la WSU examina el impacto del biocarbón y el cáñamo en el rendimiento de los cultivos

Científicos de la Universidad Estatal de Washington (WSU) van a realizar un estudio de seis años para investigar los efectos del biocarbón y el cáñamo en el crecimiento y la salud de cultivos clave como el trigo, el maíz y los garbanzos. La investigación cuenta con una subvención de $5 millones del Departamento de Energía de EE.UU. y pretende explorar cómo estas dos prácticas agrícolas pueden mejorar la calidad del suelo y la productividad de los cultivos.

El biocarbón, un producto derivado de la combustión parcial de materiales orgánicos como madera y residuos de cultivos, mejora el suelo al aumentar su estructura y su capacidad de retención de nutrientes. David Gang, director del proyecto y becario del Instituto de Química Biológica de la WSU, destaca el potencial del biocarbón para almacenar carbono al tiempo que enriquece la salud del suelo.

El estudio evaluará específicamente varias combinaciones de aplicación de biocarbón y rotaciones de cáñamo para determinar sus efectos combinados en los sistemas de cultivo a lo largo del tiempo. Entre los colaboradores figuran agricultores locales de la Nación Yakama y la Reserva Colville, así como investigadores del Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico y la Universidad de Connecticut.

Gang señala que el biocarbón puede alterar significativamente las propiedades del suelo. Cuando se aplica, eleva el pH del suelo, aumenta la retención de humedad y favorece la actividad microbiana, lo que a su vez ayuda a las plantas a acceder más eficazmente a los nutrientes esenciales. El estudio pretende cuantificar estas mejoras y su repercusión en el rendimiento de los cultivos.

El cáñamo también desempeñará un papel crucial en esta investigación. Conocido por su profundo sistema radicular, el cáñamo ayuda a prevenir la erosión del suelo, mejora su estructura y puede eliminar contaminantes nocivos. Gang señala que, mediante la rotación del cáñamo con otros cultivos, los agricultores pueden mejorar la salud general del suelo, lo que se traducirá en mejores cosechas en las siguientes temporadas de siembra.

La investigación pondrá a prueba múltiples tasas y fórmulas de aplicación de biocarbón, incluidas combinaciones con fertilizantes de liberación prolongada, para hallar estrategias óptimas para las prácticas agrícolas. Los resultados previstos podrían reducir las necesidades de fertilizantes, disminuir los costes y minimizar el impacto ambiental, manteniendo al mismo tiempo un alto rendimiento de los cultivos.

Los trabajos comenzarán en la próxima primavera, con la aplicación de biocarbón en campos de prueba por parte de los investigadores. El objetivo es crear un modelo que demuestre los beneficios de integrar el cáñamo y el biocarbón en las prácticas agrícolas, lo que podría ser vital para revitalizar los suelos degradados de regiones como la Reserva Colville y otras zonas afectadas.

Gang expresa una visión a largo plazo de este trabajo: "Necesitamos un suelo que sustente nuestra capacidad de alimentarnos. Esto es algo que tengo que hacer por mis nietos y los nietos de mis nietos". Este proyecto no sólo pretende mejorar la productividad agrícola inmediata, sino que también contribuye a unas prácticas agrícolas sostenibles que podrían beneficiar a las generaciones futuras.

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