Una reciente revisión científica publicada en la revista Pharmacology & Therapeutics sugiere que los cannabinoides presentes en el cannabis medicinal podrían aumentar la eficacia de los tratamientos de quimioterapia y reducir sus efectos secundarios. La revisión de 23 páginas evalúa una serie de estudios clínicos y preclínicos centrados principalmente en cánceres como el glioblastoma, diversas neoplasias hematológicas y el cáncer de mama.
Los autores del estudio, investigadores del Instituto de Farmacología y Toxicología del Centro Médico de la Universidad de Rostock (Alemania), resumen los resultados afirmando que los datos existentes indican que los cannabinoides podrían mejorar la eficacia de los agentes quimioterapéuticos y mitigar los efectos adversos asociados habitualmente a los tratamientos contra el cáncer. La revisión subraya que, aunque los estudios preclínicos han examinado principalmente la toxicidad de los cannabinoides en las células cancerosas, es necesario seguir explorando sus efectos más amplios en el sistema inmunitario, la angiogénesis (formación de nuevos vasos sanguíneos) y la metástasis del cáncer.
Dos áreas principales de interés destacan en el estudio: el potencial de los cannabinoides para mejorar la eficacia de la quimioterapia y su capacidad para aliviar los efectos secundarios. La revisión hace referencia a un estudio clínico de fase 1b de 2021, que indicaba que los pacientes que recibían una combinación de THC-CBD en aerosol oral y el fármaco quimioterapéutico temozolomida tenían mejores tasas de supervivencia en comparación con los que no recibían el tratamiento con cannabis. La evaluación también abarca varios tipos de cáncer, como la leucemia, el cáncer de piel y el cáncer colorrectal.
En cuanto a los efectos secundarios, el informe habla de las bien documentadas propiedades antieméticas de los cannabinoides, que ayudan a aliviar las náuseas, un efecto secundario frecuente de la quimioterapia. Sin embargo, también destaca las nuevas investigaciones que sugieren que los cannabinoides pueden influir positivamente en otros efectos secundarios relacionados con la quimioterapia, como la neuropatía periférica, la nefrotoxicidad, la cardiotoxicidad, la cistitis y la mucositis. Además, los cannabinoides se utilizan con frecuencia para tratar el dolor crónico relacionado con el cáncer.
A pesar de los prometedores resultados, los autores advierten de que la interacción entre los cannabinoides y los fármacos quimioterapéuticos es compleja y aún no se conoce del todo. Reclaman ensayos clínicos más rigurosos en diversos tipos de cáncer para validar los cannabinoides como tratamiento complementario a los regímenes de quimioterapia existentes. La revisión insta a realizar más investigaciones sobre las posibles interacciones negativas que podrían surgir del uso de cannabinoides con la quimioterapia, haciendo hincapié en la necesidad de realizar estudios exhaustivos para explorar la relación entre las diferentes vías de administración de cannabinoides y su eficacia.
Las conclusiones del estudio se hacen eco de otro metaanálisis publicado el mes pasado, en el que se analizaron los datos de 10.641 estudios revisados por expertos sobre el cannabis medicinal y su impacto en los síntomas relacionados con el cáncer. Este análisis halló un fuerte consenso científico en cuanto a los beneficios terapéuticos del cannabis, en particular en el control de los síntomas asociados a los tratamientos contra el cáncer. Los investigadores observaron que por cada estudio que indicaba ineficacia, había tres que demostraban resultados positivos.
Cada vez hay más pruebas de la creciente aceptación del cannabis en la atención oncológica, aunque persisten las dudas sobre su accesibilidad y asequibilidad. Un informe del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) señaló que entre 20% y 40% de los pacientes con cáncer utilizan productos de cannabis para aliviar los efectos secundarios relacionados con el tratamiento, y que la popularidad del cannabis sigue la estela de la legalización del cannabis medicinal en muchos estados.
En resumen, aunque los cannabinoides presentan vías prometedoras para mejorar la quimioterapia y controlar sus efectos secundarios, es esencial seguir investigando para comprender plenamente sus posibles funciones en el tratamiento del cáncer.
