Un estudio reciente publicado en JAMA Cardiology ha revelado una posible conexión entre el consumo de cannabis -tanto fumado como comestibles con THC- y un mayor riesgo de cardiopatías. La investigación contó con 55 participantes, divididos en dos grupos: los que consumían marihuana y los que no. Todos los participantes eran no fumadores de tabaco y no estaban expuestos al humo de segunda mano.
El estudio se centró en el impacto del THC sobre la salud vascular, examinando en particular la disfunción endotelial, una afección en la que el revestimiento interno de los vasos sanguíneos no funciona correctamente. Esta disfunción puede provocar la acumulación de placas en las venas, lo que aumenta el riesgo de infartos y otras emergencias cardiovasculares.
Los resultados indicaron que los participantes que fumaron marihuana experimentaron una reducción de 42% en la función vascular, mientras que los que consumieron comestibles con THC se enfrentaron a una reducción de 56% en comparación con los no consumidores. El autor principal, Matthew Springer, subrayó que, aunque el estudio establece una relación entre el consumo de THC y una función vascular deficiente, no prueba definitivamente la causalidad. Señaló que también se observan alteraciones similares en los fumadores de tabaco, lo que sugiere que tanto el acto de fumar como las propiedades químicas del THC pueden contribuir a los problemas cardiovasculares.
La Dra. Leila Mohammadi, otra de las autoras principales, destacó el preocupante deterioro de la función vascular entre los consumidores de cannabis. Afirmó: "Estos resultados sugieren que tanto fumar como consumir THC afectan negativamente a la salud vascular".
Investigaciones anteriores realizadas por la Asociación Americana del Corazón en 2023 también indicaron una correlación entre el consumo de cannabis y un elevado riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, además de una posible insuficiencia cardíaca. Otro estudio publicado en 2025 informó de que los consumidores de marihuana tenían aproximadamente seis veces más probabilidades de sufrir un ataque al corazón, con un mayor riesgo asociado de mortalidad tras estos incidentes.
Aunque este estudio reciente es relativamente pequeño, se suma al creciente conjunto de pruebas que sugieren que el consumo de cannabis puede plantear riesgos para la salud cardiovascular. Es necesario seguir investigando para comprender plenamente las implicaciones de estos hallazgos y los mecanismos en juego.
