Elisabeth Johns se enfrentó a una terrible experiencia que ejemplifica los retos que plantea la evolución de la legislación sobre el cannabis en Oklahoma. En 2014, a la edad de 18 años, fue secuestrada por Tyler Bristol, un miembro de una banda que la acusó de robar drogas. Esta traumática experiencia la dejó marcada física y emocionalmente, lo que le provocó una lesión permanente en un dedo. Tras seis horas de interrogatorio, consiguió ponerse en contacto con la policía, lo que condujo a la detención de Bristol y a una condena de 38 años por secuestro y mutilación.
Sin embargo, la pesadilla para Johns no terminó ahí. En 2025, fue detenida de nuevo en circunstancias que pusieron de manifiesto las incoherencias en la aplicación de la normativa sobre cannabis por parte de las fuerzas del orden. A pesar de ser una usuaria legal de cannabis medicinal, Johns pasó más de una semana en la cárcel debido a una orden de detención emitida por faltar a controles relacionados con su libertad condicional. La orden se basaba en infracciones que deberían haberse resuelto con carácter retroactivo, ya que Oklahoma había legalizado el cannabis medicinal durante su periodo de libertad condicional.
Durante su primer encuentro con el cannabis, cuando era adolescente, era ilegal, lo que contribuyó a su ansiedad y a su trastorno de estrés postraumático (TEPT) tras su secuestro. Después de recibir un tratamiento ineficaz para su ansiedad, recurrió al cannabis, que le resultó mucho más eficaz para controlar sus síntomas. A pesar de la legalización de la marihuana medicinal en Oklahoma en 2018, Johns se enfrentó a problemas legales debido a leyes obsoletas que no reflejaban el estado legal actual del cannabis.
El caso de Johns ilustra la desconexión entre los cambios legislativos y la aplicación de esas leyes. Oklahoma ha ido históricamente a la zaga de las tendencias nacionales en materia de legislación sobre drogas, con la prohibición inscrita en su Constitución. La rápida evolución de la legislación sobre el cannabis, que comenzó con el proyecto de ley 2154 de la Cámara de Representantes en 2015, que legalizó el aceite de CBD con bajo contenido de THC, ha generado confusión entre las fuerzas del orden e incoherencias en la aplicación de la ley en los 77 condados del estado.
Keith Flinn, abogado que representa a Johns, señaló que muchas personas siguen enfrentándose a cargos en virtud de antiguas leyes de delitos graves, incluso cuando el panorama jurídico cambia. Hizo hincapié en que la discrecionalidad de los fiscales y las fuerzas del orden conduce a un trato desigual de los consumidores de cannabis. Este problema se agravó cuando Johns fue detenida tras un control de tráfico rutinario por una luz de freno fundida. La orden de detención se emitió a pesar de su condición legal de paciente de cannabis medicinal.
La lenta adaptación del sistema judicial de Oklahoma a la reforma de la ley del cannabis ha tenido graves consecuencias para personas como Johns, que han sido perseguidas injustamente. Abogados y defensores sostienen que la falta de educación de las fuerzas del orden en relación con las leyes sobre el cannabis, junto con un mosaico de estrategias de aplicación, ha dejado a muchos usuarios vulnerables a repercusiones legales obsoletas.
En los últimos años han surgido casos similares al de Johns, que han suscitado preocupación por la forma en que se aplican las leyes sobre el cannabis. Por ejemplo, Johnathan Spyres fue detenido injustamente por conducir ebrio a pesar de poseer una tarjeta válida de cannabis medicinal. Su caso fue desestimado por falta de pruebas, pero la experiencia le ocasionó importantes gastos legales y un trauma.
La situación pone de relieve un problema más amplio en Oklahoma en relación con la aplicación de las leyes sobre el cannabis. Aunque el estado ha avanzado hacia la legalización, la aplicación de la ley es a menudo incoherente, lo que conduce a un trato injusto de los ciudadanos respetuosos de la ley. Los defensores piden una reforma para garantizar que el sistema jurídico refleje la situación actual de las leyes sobre el cannabis y proteja a las personas de detenciones y procesamientos injustos.
Mientras Oklahoma sigue navegando por las complejidades de la legalización del cannabis, las experiencias de personas como Elisabeth Johns sirven como un duro recordatorio de la necesidad de una reforma sistémica en el sistema judicial. Abordar estas cuestiones es crucial para garantizar que se respeten los derechos de los consumidores de cannabis y que las fuerzas del orden reciban una formación adecuada sobre el cambiante panorama legal.