Investigaciones recientes indican que el consumo de cannabis entre los adultos mayores está aumentando considerablemente. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en San Diego y la Universidad de Nueva York revela que el consumo de marihuana entre los estadounidenses mayores de 65 años aumentó en casi 46% entre 2021 y 2023. Este aumento se correlaciona con la creciente legalización del cannabis tanto para uso recreativo como medicinal en varios estados, haciéndolo más accesible a las poblaciones de mayor edad.
Según los resultados publicados en JAMA Internal Medicine, 7% de casi 15.000 adultos encuestados mayores de 65 años declararon haber consumido cannabis en el último mes. Esta cifra es notablemente superior a los 4,8% registrados en 2021 y a los 5,2% de 2022. El repunte del consumo es especialmente pronunciado entre las mujeres, aunque los hombres también declararon un aumento de las tasas de consumo.
El estudio pone de relieve una relación preocupante entre el consumo de cannabis y varios problemas de salud frecuentes entre las personas mayores, como la hipertensión, la diabetes, el cáncer y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Factores como un mayor nivel educativo, unos ingresos anuales de $75.000 o más, el estado civil y residir en estados con cannabis medicinal legalizado se asociaron a una mayor probabilidad de consumo de cannabis.
Los investigadores observaron que los adultos con los ingresos más elevados presentaban inicialmente las tasas más bajas de consumo de cannabis en comparación con otros grupos de ingresos. Sin embargo, en 2023, estas personas presentaban la mayor prevalencia de consumo, lo que sugiere un mejor acceso al cannabis medicinal, que a menudo conlleva costes más elevados. El estudio subrayó la necesidad de apoyo educativo tanto para los pacientes como para los profesionales sanitarios en los estados donde el cannabis medicinal es legal.
El doctor Joseph Palamar, autor principal del estudio y profesor asociado de la NYU Langone, expresó su preocupación por el aumento del consumo de cannabis entre los adultos mayores. Atribuyó esta tendencia a una combinación de mayor disponibilidad, menor estigmatización y envejecimiento de los antiguos consumidores de cannabis entre los mayores de 65 años. Palamar advirtió que los adultos mayores pueden experimentar reacciones psiquiátricas adversas, sobre todo con los productos comestibles de cannabis, lo que puede llevar a un consumo excesivo involuntario.
La Dra. Barbara Krantz, directora médica de los Centros de Tratamiento Caron de Florida, ha observado un notable aumento del consumo de cannabis entre las personas mayores de 50 años. Aunque muchos estadounidenses de edad avanzada recurren al cannabis para mejorar el sueño, aliviar el dolor y ayudar a la salud mental, Krantz destacó varios riesgos asociados. Entre ellos, una mayor probabilidad de sufrir accidentes cardiovasculares, como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, un aumento de la hipertensión y el agravamiento de enfermedades como la EPOC.
Además, el cannabis puede interactuar con otros medicamentos, aumentando potencialmente su toxicidad o disminuyendo su eficacia. Otros riesgos para las personas mayores son el deterioro del equilibrio, el retraso en los tiempos de reacción, el deterioro cognitivo y el aumento de la ansiedad o la depresión. También existen problemas relacionados con la cirugía, como complicaciones con la anestesia y retrasos en la recuperación.
Krantz hizo hincapié en la importancia de consultar a los profesionales sanitarios y farmacéuticos antes de consumir productos derivados del cannabis, dados los peligros específicos que estas sustancias presentan para los adultos mayores. El Dr. Marc Siegel, analista médico senior de Fox News, se hizo eco de estas preocupaciones, advirtiendo que el consumo regular de cannabis puede conducir a resultados peligrosos si no se controla. Señaló que un mayor consumo de productos derivados del cannabis puede provocar un aumento de la ansiedad y la confusión, con un notable incremento de las visitas a urgencias relacionadas con estos problemas.
Siegel comparó los riesgos para la salud del cannabis con los de fumar cigarrillos, señalando los daños potenciales para el corazón y los pulmones. Expresó su alarma por el creciente número de ancianos que consumen cannabis y criticó el rápido ritmo de la legalización sin tener debidamente en cuenta los riesgos sanitarios asociados. Destacó los preocupantes resultados de Colorado, donde se legalizó el cannabis, que indican complicaciones médicas imprevistas y acontecimientos adversos.
A medida que aumenta el consumo de cannabis entre las personas mayores, la comunidad médica hace hincapié en la necesidad de adoptar enfoques prudentes y mantener debates informados sobre sus implicaciones para la salud y el bienestar.
