La industria del cannabis está experimentando un cambio significativo a medida que los gustos de los consumidores evolucionan más allá de un enfoque singular en la potencia de THC. Durante muchos años, los menús de las tiendas destacaban los porcentajes de THC, mientras que los consumidores buscaban las cifras más altas. Esto ha dado lugar a una cultura de cultivo que prioriza el contenido de THC, a menudo a expensas de otras características esenciales que hacen que la marihuana sea única.
Sin embargo, las últimas tendencias indican que las marcas, los envases y las promociones también influyen mucho en las elecciones de los consumidores. La tradicional oferta de $200 por onza se ha transformado en ofertas de $100 para mezclar y combinar, lo que permite a los consumidores explorar una mayor variedad de perfiles de terpenos y efectos. Al igual que los entusiastas de la cerveza artesanal disfrutan de catas personalizadas, los consumidores de cannabis buscan ahora diversidad en sus experiencias. Por eso, para las empresas cannábicas es crucial mantener la calidad y adaptarse a la rápida evolución de las preferencias de los consumidores.
Históricamente, la cría de marihuana daba prioridad al aroma, el sabor y los efectos matizados. Las variedades se seleccionaban en función de sus perfiles únicos de terpenos, que iban desde los dulces y florales hasta los terrosos y gaseosos. Sin embargo, con el auge de las pruebas de laboratorio y la comercialización, la atención pasó a centrarse predominantemente en el contenido de THC, lo que dio lugar a una homogeneización de la genética disponible. Este cambio ha tenido importantes repercusiones en el mercado, ya que el énfasis en el THC ha eclipsado la complejidad del efecto séquito: la interacción entre cannabinoides, terpenos y otros compuestos que conforman la experiencia global de una variedad. Los investigadores, entre ellos el difunto Raphael Mechoulam, llevan mucho tiempo estudiando esta intrincada interacción, haciendo hincapié en que el THC es sólo un componente de un panorama mucho más amplio.
A pesar de los inconvenientes de este enfoque de la industria centrado en el THC, las variedades de alta potencia siguen desempeñando un papel vital. Los extractores suelen depender de variedades ricas en THC para un procesamiento eficaz, y muchos consumidores prefieren realmente efectos psicoactivos más potentes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que una alta potencia no significa necesariamente sacrificar el sabor o la complejidad. Varias cepas con alto contenido de THC, como GMO, Gush Mints, Jenny Kush, ChemDog y algunos fenotipos de Gelato, también presentan ricos perfiles de terpenos al tiempo que producen potentes efectos. De hecho, algunas de las variedades más sabrosas del mercado también se encuentran entre las más potentes.
La evolución del mercado del cannabis sigue de cerca las tendencias observadas en el sector de la cerveza artesanal. Con el tiempo, las lagers producidas en masa han perdido popularidad en favor de las cervezas artesanales con perfiles de sabor únicos. Del mismo modo, en los estados con mercados de marihuana consolidados, como California, Colorado y Oregón, la demanda de los consumidores se inclina cada vez más hacia la flor de alta calidad y los productos premium, como la colofonia de hachís. Al igual que los bebedores de cerveza han dejado de centrarse simplemente en los porcentajes de alcohol para apreciar la complejidad del sabor, los consumidores de marihuana están empezando a valorar experiencias que van más allá de los meros niveles de THC.