La industria de la marihuana medicinal en Arkansas ha estado marcada por la controversia y la codicia, dejando a menudo de lado a los pacientes. Desde que el estado legalizó el cannabis para uso medicinal en 2016, han surgido muchos problemas, como los elevados impuestos que gravan a los pacientes a pesar de las promesas de un marco médico favorable.
Como periodista que cubrió los primeros días de esta industria, fui testigo directo del tumultuoso camino que siguió Arkansas para establecer su programa de cannabis. El proceso de concesión de licencias para instalaciones de cultivo y dispensarios estuvo plagado de dificultades, incluidas acusaciones de soborno. Un comisionado de la Comisión de Marihuana Medicinal de Arkansas me reveló que le ofrecieron un soborno para ayudar a un solicitante de licencia de cultivo, una afirmación que fue corroborada por imágenes de vídeo grabadas en secreto.
La competencia por las licencias también ha dado lugar a importantes batallas legales. Por ejemplo, un solicitante presentó una solicitud que incluía información técnica robada a un solicitante de la competencia, hecho que descubrimos examinando los metadatos de la solicitud. Este incidente se remonta a un consultor de Colorado, lo que pone de manifiesto hasta dónde pueden llegar algunos para obtener una ventaja competitiva.
A lo largo de este proceso, recibí llamadas diarias de fuentes deseosas de compartir historias sobre sus rivales, lo que ilustra la naturaleza despiadada de la industria. Como resultado, el proceso de concesión de licencias ha generado algunos de los pleitos más polémicos que he conocido, muchos de los cuales siguen sin resolverse hoy en día.
Dado que el cannabis sigue siendo ilegal a nivel federal, el sector opera en una zona gris, lo que complica el panorama normativo. La codicia ha llevado a muchos inversores a aprovechar la oportunidad que les brindaba lo que percibían como un monopolio protegido por el Gobierno. Sin embargo, numerosos titulares de licencias originales han abandonado el sector tras enfrentarse a acuerdos de gestión que les obligaban a pagar importantes impuestos sin tener acceso a los beneficios.
En medio de todo este revuelo, el grupo más desatendido ha sido el de los pacientes que supuestamente iban a beneficiarse del cannabis medicinal legal. Aunque está claro que no todos los consumidores de Arkansas necesitan cannabis por razones médicas, el estado reconoció oficialmente la marihuana como medicina. Es vital que se prioricen las necesidades de los pacientes en los debates en torno a la industria.
