El consumo de marihuana entre los mayores alcanza el 7%, lo que repercute en las residencias de ancianos

El consumo de marihuana entre los mayores alcanza el 7%, lo que repercute en las residencias de ancianos

El consumo de marihuana entre las personas mayores en los Estados Unidos ha alcanzado un máximo histórico, con 7% de adultos mayores de 65 años que informan haber consumido en el último mes, según un análisis reciente publicado en JAMA Internal Medicine. Esto marca un aumento significativo de 4,8% en 2021 y 5,2% en 2022, lo que representa un aumento de casi 46% en solo dos años.

El estudio, realizado por el Centro de Investigación sobre Consumo de Drogas y VIH/VHC de la Escuela de Salud Pública Global de la NYU, analizó datos de la Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas y Salud recogidos entre 2021 y 2023. Destaca un cambio demográfico en el consumo de cannabis, con aumentos notables entre los adultos mayores que tienen educación universitaria, están casados, son mujeres y tienen mayores ingresos.

El doctor Benjamin H. Han, investigador de la División de Geriatría, Gerontología y Cuidados Paliativos de la Universidad de California en San Diego, subrayó que el aumento del consumo podría complicar el funcionamiento clínico y legal de las residencias de ancianos. Dado que muchos ancianos ya están acostumbrados a consumir marihuana medicinal, es posible que aumenten las expectativas sobre su disponibilidad en los centros de cuidados a largo plazo. Han señala que el cannabis sigue estando clasificado como sustancia de la Lista I, aunque no así los productos con CBD que contienen menos de 0,3% de THC. Sólo unos pocos estados han promulgado leyes que permiten a los centros de enfermería especializada suministrar cannabis medicinal.

A medida que la marihuana se normaliza cada vez más en la sociedad, muchos adultos mayores pueden esperar seguir consumiendo cannabis incluso en residencias de ancianos. Esta tendencia exige que los proveedores de servicios de enfermería especializados adapten sus prácticas para comprender qué pacientes podrían consumir cannabis y cómo afectará a sus necesidades sanitarias.

La investigación también reveló un aumento del consumo de cannabis entre los ancianos con múltiples enfermedades crónicas, como cardiopatías, diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Han y otros autores del estudio recomiendan que los médicos realicen pruebas rutinarias de detección del consumo de cannabis entre los pacientes de edad avanzada, utilizando herramientas verbales o autoadministradas desarrolladas por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas.

Además, con un número creciente de adultos mayores que consumen cannabis, existe un riesgo de consumo problemático o trastorno por consumo de cannabis, especialmente entre aquellos con problemas previos de consumo de sustancias. Han advirtió de que fumar cannabis puede ser perjudicial para los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas, y que pueden existir riesgos cardiovasculares para los que padecen afecciones cardiacas.

Han aboga por hablar abiertamente con los pacientes y sus familias sobre el consumo de cannabis, examinando las razones del consumo, los posibles efectos para la salud y las interacciones con otros medicamentos. Han anima a adoptar un enfoque personalizado basado en los objetivos de salud de cada paciente, y subraya la necesidad de que los profesionales sanitarios sean proactivos a la hora de abordar esta tendencia emergente del consumo de cannabis entre las personas mayores.

En general, los resultados de este estudio ponen de relieve la necesidad de que las residencias de ancianos y los profesionales sanitarios reevalúen sus políticas y prácticas a la luz de la creciente prevalencia del consumo de cannabis entre los adultos mayores.

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