Matthew Schweich, uno de los principales defensores de la legalización del cannabis, deja el Marijuana Policy Project (MPP) tras una década de importantes contribuciones a los esfuerzos de legalización a nivel estatal. Schweich ha desempeñado un papel decisivo en campañas llevadas a cabo en varios estados, desde Massachusetts hasta Utah, en defensa de medidas relativas al cannabis tanto medicinal como recreativo. Bajo su dirección, el MPP se ha convertido en una fuerza prominente en el avance de la reforma del cannabis en todo el país.
A pesar del amplio apoyo público a la legalización del cannabis, Schweich subraya que impulsar estas iniciativas a través de las urnas es una tarea compleja. Aunque muchos estados han legalizado el cannabis, Schweich ha observado una preocupante tendencia a la autocomplacencia entre sus defensores. Señala que el ímpetu popular que una vez impulsó los esfuerzos de reforma ha disminuido, poniendo en peligro futuras iniciativas, ya que varios estados intentan limitar la capacidad de los votantes para promulgar cambios a través de la democracia directa.
La marcha de Schweich se produce en un momento crucial, en su transición a un proyecto destinado a preservar el proceso de iniciativa ciudadana. Expresó su preocupación por que la disminución de la atención prestada al activismo a nivel estatal pudiera conducir a una desconexión prolongada entre las políticas estatales y federales sobre el cannabis. "Tenemos que terminar esta lucha. Aún no la hemos terminado", declaró en una entrevista con Marijuana Moment.
Durante su mandato, Schweich fue director ejecutivo interino del MPP, donde desempeñó un papel clave a la hora de aprovechar los conocimientos institucionales de la organización para adaptar las estrategias en materia de política de cannabis en los distintos estados. Reconoció la importancia de adaptar las tácticas de éxito de campañas anteriores respetando al mismo tiempo los sentimientos y la dinámica locales. El MPP lleva 30 años en activo, y Schweich cree que su experiencia y adaptabilidad son vitales para mantener el progreso en el movimiento de reforma del cannabis.
De cara al futuro, a Schweich le preocupa que el clima político actual pueda obstaculizar los esfuerzos de reforma. Aunque algunos estados han logrado importantes victorias en la legalización del cannabis, le preocupa que los defensores de la legalización no sientan la urgencia de seguir luchando por la reforma. La atención prestada a otras cuestiones políticas urgentes puede desviar la atención de la legalización del cannabis, lo que podría frenar el impulso.
Los recientes ataques al proceso de iniciativa ciudadana en varios estados también han alarmado a Schweich. Ha sido testigo directo de cómo los esfuerzos por restringir las iniciativas de los votantes amenazan la capacidad de los ciudadanos para promulgar políticas cuando sus funcionarios electos no responden. En Dakota del Sur, el Tribunal Supremo del estado anuló una exitosa medida de legalización del cannabis, lo que pone de relieve la vulnerabilidad de las iniciativas ciudadanas.
Schweich cree que estos ataques al proceso de iniciativa reflejan una tendencia más amplia de disminución del respeto por los resultados electorales. Los políticos cuestionan cada vez más la validez de las medidas electorales, socavando el principio democrático de que los votantes deben tener la última palabra en cuestiones importantes. Señaló que este cambio de actitud ha coincidido con una erosión general de las normas políticas en Estados Unidos.
Con el sector del cannabis sometido a escrutinio por su falta de apoyo financiero a las iniciativas de reforma, Schweich destacó los retos de la recaudación de fondos en este panorama en evolución. Al principio, las contribuciones filantrópicas impulsaron el movimiento, pero a medida que ha surgido una industria legal del cannabis, se ha producido un cambio en la responsabilidad de la financiación. Muchos en la industria creen que ya no deben depender de los filántropos, mientras que las empresas a menudo dudan en invertir en los esfuerzos de reforma, por temor a asumir los costes por sí solas.
A pesar de estos desafíos, Schweich sigue siendo optimista sobre el potencial de la reforma federal del cannabis, especialmente con una segunda administración Trump en el horizonte. Señaló que Trump ha apoyado anteriormente iniciativas sobre el cannabis y cree que todavía hay una oportunidad para un progreso significativo a nivel federal. Sin embargo, subraya que la presión sostenida de la defensa a nivel estatal es fundamental para lograr un cambio duradero.
En la transición a su nuevo cargo, Schweich espera inspirar un compromiso renovado con el activismo a escala estatal en la lucha por la reforma del cannabis, haciendo hincapié en que el camino hacia la legalización federal depende de que se mantenga el impulso a escala estatal.
