La Cámara Baja de la República Checa ha votado a favor de despenalizar el cannabis para consumo personal, mientras los esfuerzos del país hacia la plena legalización se enfrentan a obstáculos. La Cámara de Diputados aprobó la enmienda con 142 votos a favor de un total de 159, lo que refleja un fuerte apoyo al cambio.
Esta enmienda revisa el Código Penal para relajar las restricciones a la posesión y el cultivo de cannabis. Permite a los adultos mayores de 21 años cultivar hasta tres plantas de cannabis. Cultivar cuatro o cinco plantas se clasificará como delito menor, mientras que cultivar más de cinco plantas se tratará como delito grave. Además, las personas pueden poseer hasta 100 gramos de flor de cannabis en casa sin enfrentarse a cargos penales. La posesión de 101 a 200 gramos se considerará un delito menor, y más de 200 gramos dará lugar a cargos de delito grave. En público, la posesión está limitada a 25 gramos; de 26 a 50 gramos se considera un delito menor, y más de 50 gramos, un delito penal.
Si el Senado aprueba la enmienda, entrará en vigor el año que viene, situando a la República Checa junto a otras naciones europeas que han regulado el cannabis para uso personal, como Alemania, Luxemburgo y Malta.
La República Checa había despenalizado previamente pequeñas cantidades de cannabis en 2010 en virtud del Reglamento Gubernamental nº 467/2009, que permitía la posesión de hasta 15 gramos y el cultivo de hasta cinco plantas. Sin embargo, una sentencia de 2013 del Tribunal Constitucional checo anuló este reglamento, afirmando que solo una ley podía definir los delitos penales, lo que generó confusión sobre los límites legales hasta que el Tribunal Supremo estableció directrices más estrictas, reduciendo la cantidad no penalizada a 10 gramos.
La reciente enmienda pretende despenalizar oficialmente por ley la posesión y el cultivo de cannabis. Esta cautelosa medida se produce tras un plan anunciado previamente en 2022 para legalizar el cannabis, inspirado en la decisión de Alemania de legalizar el consumo recreativo sin venta en abril de 2024. Sin embargo, la iniciativa checa tuvo dificultades para establecer un mercado legal, al carecer de disposiciones para la venta en 2024, lo que llevó a un punto muerto legislativo debido a la división sobre la legalización total.
Aunque el proceso de legalización total sigue estancado, la enmienda para despenalizar el cannabis refleja un enfoque normativo más conservador. Este cambio forma parte de una estrategia más amplia para modernizar las políticas de drogas, combatir el mercado ilícito y generar ingresos fiscales.
Además del cannabis, la República Checa también ha estado estudiando la regulación de otras sustancias. El Ministerio de Agricultura propuso restricciones para el CBD y los productos a base de cáñamo en 2023, argumentando que no hay pruebas científicas suficientes para sus afirmaciones sobre la salud, aunque este plan nunca llegó a aplicarse. Los productos a base de CBD siguen estando disponibles legalmente, pero no están reconocidos oficialmente como alimentos o medicamentos.
En 2024, el Parlamento aprobó un proyecto de ley destinado a regular los cannabinoides sintéticos y las sustancias psicoactivas emergentes, incluidos el HHC y el kratom. La preocupación por los efectos sobre la salud, especialmente entre los menores, llevó a prohibir temporalmente el HHC y a elaborar nuevas leyes para controlar las sustancias psicoactivas. Éstas incluirán restricciones de edad, límites de venta a tiendas especializadas y prohibiciones de venta en máquinas expendedoras y por Internet sin verificación de la edad. En lugar de una prohibición total, la República Checa tiene previsto clasificar estas sustancias en un marco normativo especial, lo que indica un avance hacia la gestión de estos productos a través de medidas de supervisión y reducción de daños.